BRECHANDO
26-09-2024
Antonio Quevedo Susunaga
En Sinaloa están en guerra dos fuertes organizaciones del narcotráfico por el control del Cártel de Sinaloa, en cabezadas por los hijos del Chapo Guzmán y los del Mayo Zambada, son tan poderosos que las mismas fuerzas armadas, policías y el gobernador Rubén Rocha Moya, están replegados, esperando que se pongan de acuerdo entre ellos para que regrese la paz a Sinaloa.
La presencia delincuencial la han permitido las autoridades corruptas como son el caso de los panistas, Felipe Calderón Hinojosa, expresidente de México, que debería estar respondiendo ante la justicia en México por haber fortalecido esta organización criminal a través de Genaro García Luna, ex secretario de Seguridad en México en el gobierno de Calderón.
La relación criminal hizo crisis el pasado 25 de julio, en donde fue secuestrado el máximo líder del narcotráfico El Mayo Zambada, que en su escrito narra que “fue secuestrado por sus ahijado, hijo del Chapo Guzmán, que se lo llevaron a Estados Unidos para entregarlo a las autoridades norteamericanas, según el mismo Mayo.
Y estos hechos ocurrieron en una reunión que sostuvieron y en donde estaría el gobernador Rubén Rocha Moya y Héctor Melesio Cuén Ojeda para determinar quién manejaría el presupuesto de la Universidad Autónoma de Sinaloa, dado que había un pleito entre ambos y se pondrían de acuerdo en esa reunión de Huertos del Pedregal.
Estos hechos generaron, como es natural grandes ofensas y deseos de venganza, en donde supuestamente quedó en medio la autoridad del gobernador Rocha Moya, según el Mayo Zambada en su carta.
Es importante precisar que la “guerra en Sinaloa” no está entre los sinaloenses, que podemos tener diferencias en la forma de pensar pero esto no nos lleva al extremo de la guerra.
El asunto es que con esta furia desatada, están quedando en el camino sinaloenses muertos, inocentes que nada tienen que ver con los intereses del narco.
La cruda realidad la sabe el gobernador Rubén Rocha, que escribió un libro sobre el narcotráfico, que desde su campaña estaba viendo como “pedirle la colaboración a estos poderosos líderes del narco”, muy lejos su reflexionar de llegar al poder para someterlos al orden constitucional.
Y la realidad es que esos líderes poderosos dieron su consentimiento de quién debería ser el candidato y el futuro gobernador y Rocha llenó esos requisitos.
En esta “guerra entre las bandas” está en juego millones de dólares que genera el comercio nacional e internacional de las drogas, en donde el comercio más grande y atractivo son los consumidores de Estados Unidos, que compran a estas bandas diversas drogas.
Las familias, los padres de familia y miles de niños son los que están resultando afectados porque dichos dirigentes del narco no se ponen de acuerdo.¿Y la autoridad responsable qué hace?
El día de ayer se convocó a una reunión por la paz, por gente positiva y de buenas intenciones, pero este problema no se resolverá con la participación social, como tratando de enviar los niños a las escuelas para hacer creer que el gobierno está ofreciendo seguridad, esto es un discurso mentiroso del gobernador Rocha Moya, la realidad es que nadie está seguro, aunque no tenga la culpa de nada.
Las reuniones por la paz son actos cívicos y la guerra son enfrentamientos entre dos poderosas fuerzas que desean el control del mercado ilegal de las drogas que envían a los Estados Unidos.
Es evidente que en este negocio, así como estuvo o está Felipe Calderón, el panista y Genaro García Luna, estuvieron ex gobernadores de varios estados y obviamente las autoridades de Estados Unidos, que a través de sus agencias son los grandes reguladores para el ingreso a dicho mercado.
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