BRECHANDO
09-10-2025
Antonio Quevedo Susunaga
Los jóvenes en Sinaloa, se han convertido en la “carne de cañón”, en esta guerra entre las dos familias de narcos, Los Chapos y los Mayos, que están dejando una estela de muertos, la mayoría jóvenes, que no tienen ninguna protección de los gobiernos estatal y federal.
Es muy lamentable que el Congreso del Estado no voltee a ver cómo miles de jóvenes son masacrados y usados por el crimen organizado como “carne de cañón” diariamente en esta guerra violenta y no digan ni manifiesten nada para protegerlos.
Es muy desgarrador que miles de jóvenes se hayan convertido en cero a la izquierda, los usan los criminales organizados para vender drogas, para consumirlas y ahora para convertirlos en sicarios.
En este año de guerra, sin temor a equivocarme la mayoría de los muertos, alrededor del 95 por ciento son jóvenes, muchos de ellos menores de edad, que su destino fue ponerlos al frente con un fusil, que muchas veces no saben ni usar.
Es muy triste y lamentable que en todo ese tiempo, el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, no haga nada, ni siquiera llevan un control de la estadística de esos jóvenes que fueron reclutados y asesinados y ni siquiera se ha hecho nada para impedir que los sigan obligando a incorporarse a un “ejército de la muerte”.
Es muy inhumano que las autoridades quienes deberían estar muy preocupados porque sean la mayoría jóvenes los muertos, muchos de ellos menores de edad y otros prácticamente niños, no reciban ninguna protección de las autoridades responsables de gobernar Sinaloa.
En el caso del Congreso del Estado, no hemos visto que haya una iniciativa para aumentar las penalidades para todos los reclutadores de niños y muchachos, tampoco hemos visto que se le haya dado el apoyo como es debido a las madres que angustiadas buscan a sus hijos, que fueron reclutados y obligados a tomar las armas.
La juventud “no solo son carne de cañón”, son los que están pagando esta lucha absurda por el control de las plazas, el control del poder que genera las drogas, han convertido a miles de muchos en los chivos expiatorios de este conflicto.
En Sinaloa, ojalá y las autoridades hagan un estudio en serio para determinar cuántos de los muertos son jóvenes, y echar andar un plan que los alerte, les abra los ojos e impida que sean obligados a convertirse en los sicarios de estos criminales.
Es evidente que en la sierra, en las zonas rurales, en las poblaciones urbanas, de la periferia, las familias que están conscientes del alto riesgo que corren sus hijos, los esconden, los obligan a no acercarse a estos círculos de violencia, de drogas y de locura total.
Los narcotraficantes como el Chapo Guzmán y el Mayo Zambada, son adultos, como la mayoría de quienes dominan esta economía de las drogas; sin embargo, estamos observando que hay un relevo generacional, en donde los nuevos jefes, los que están al frente son jóvenes, situación que debe llevarnos como sociedad y como autoridades de gobiernos hacer algo para evitar que sigan infectando a la sociedad con este cáncer de las drogas y la violencia.
Es muy grave, que el gobierno federal y el estatal, siga permitiendo que haya esta seducción a través de las drogas, esto llevará a una entidad sin futuro, en muy corto tiempo, debido a que el futuro de cualquier sociedad está en sus jóvenes.
Es triste observar cómo los muchachos mueren con el fusil en la mano, cómo son detenidos por las autoridades, en su gran mayoría, son sujetos enloquecidos que el gobierno no les dio la oportunidad de tener otro futuro.
Es claro que los que están haciendo el gran negocio de las drogas no están al frente de esta guerra que está acabando con el futuro de Sinaloa de México.
antonioquevedosusunaga@gmail.com
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