BRECHANDO
28-03-2025
Antonio Quevedo Susunaga
Los dueños del Cártel de Sinaloa y dueños de esta entidad, están enfrascados en una “guerra violenta entre los Chapitos y los Mayos”, que han ensangrentado a esta entidad y están muriendo miles de jóvenes, que seguramente dejan heridas profundas e incurables en esta sociedad que difícilmente quedará conciliada.
Esta lucha violenta, que ha destruido la economía estatal, que ha terminado con la mejor agricultura de México, tiene aniquilada a un sector pesquero que tenía la fama de producir el mejor camarón de América, es una lucha violenta que acabó con una juventud que esta terminando desmembrada, asesinada y originando “ríos de sangre”.
Y cuando se le preguntó al general Jesús Leana Ojeda, cuándo terminaría esta violencia en Sinaloa y el general dijo la verdad, “cuando los Chapitos y los Mayos lo decidan”.
El mismo general con mucha objetividad dijo que la tranquilidad de Sinaloa no depende de las fuerzas militares, sino de que los grupos antagónicos dejen de enfrentarse entre ellos. Cuánta razón tenía este general.
En esta “guerra de venganzas” que reventó con el secuestro del Mayo Zambada, cuando los Chapitos decidieron llevarlo por la fuerza a los Estados Unidos para curar las traiciones que sufrió el Chapo Guzmán.
Es evidente que los líderes del narco que están en guerra, tanto los Chapitos como el Mayito Flaco, son dos jóvenes que han armado a miles de jóvenes, la mayoría inexpertos, para llevarlos al campo de la muerte.
El ejemplo del derramamiento de sangre, simplemente ayer jueves, ocho o nueve jóvenes asesinados, la mayoría de ellos son “carne de cañón”, que sirven para defender el poder del narco que se disputan, dejando el dolor en esas nueve familias, que tendrán que vivir con esa carga toda su vida.
Es obvio que este derramamiento de sangre, está provocando una sociedad lastimada, herida y angustiada que sale a buscar a sus hijos en los cementerios clandestinos o tratar de juntar los miembros de sus familiares que fueron destazados.
El futuro para miles de jóvenes está truncado, esos jóvenes enganchados se han quedado sin futuro, es muy triste que a costa de ganar el control del Cártel de Sinaloa, el decirse dueño de esta entidad, ha truncado la vida de cientos de jóvenes que quedarán dañados para su vida o que están construyendo otra casta de la delincuencia organizada.
Es muy triste saber que el gobierno de Rubén Rocha Moya, nada hace para salvar a esos jóvenes, que en su inocencia no saben que quedarán destrozados por las balas que podrían denominarse del “rencor”.
Y cada día comprobamos que el general Leana Ojeda, tiene razón, aunque fue injustamente castigado por hablar con la verdad a la sociedad, en esa conferencia de prensa.
En esas raíces profundas del narco en México, esos que se dicen los dueños o herederos de este cártel, tienen sus raíces en ese crimen organizado que encabeza el Mayo Zambada, El Chapo Guzman, Rafael Caro Quintero, Miguel Félix Gallardo, El Guero Palma, Vicente Carrillo, Nemesio Oceguera, Héctor Beltrán, todos ellos con profundas raíces sinaloenses, que han hecho grandes negocios con los norteamericanos que fueron los impulsores de este cáncer que padecemos en Sinaloa.
Y el asunto es que los gobiernos de Sinaloa, como el que encabeza Rubén Rocha Moya, como los gobiernos federales, como lo hizo Felipe Calderón, en donde es difícil salvar la figura de algún gobernante, ellos son los creadores de éste monstruo del crimen organizado.
Es evidente que en esta guerra no vemos que haya un ganador definitivo, realmente terminará por perder todo lo que han ganado con ese negocio de las drogas, debido a que dichos criminales jóvenes, están en la mira del gobierno de Estados Unidos, que los acusa de estar destruyendo la vida de los norteamericanos. El futuro de esos jóvenes cabecilla esta escrito que terminarán de la misma forma que sus padres o impulsores.
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