Evadir responsabilidades

Este México nuestro nunca dejará de sorprendernos y desafortunadamente para mal. Cuando creemos que ya lo hemos visto todo, que ya sabemos cómo se comportará cada actor político o social; surgen nuevas ocurrencias y se establecen nuevas complicidades “urgando” en los recovecos de la ley.

Parece ser un lugar común echarle la culpa de todo a los políticos (y claro que tienen culpa) pero de lo que se habla poco o nada, es de la responsabilidad social en el desarrollo de la vida política, económica y social de nuestro país; y me refiero a los grupos empresariales, organizaciones llamadas de la sociedad civil (vaya mote) y a todos los ciudadanos de “a pie”.

Ya no podemos seguir pensando que el origen de todos los males está solamente en la clase política, mientras como sociedad (y hablo de todos los que la integramos) adoptamos una actitud displicente y conformista. Buscar culpables de lo que nos pasa es tan sólo una forma de evadir responsabilidades, de ejercer la crítica por la crítica y de no comprometernos con el futuro de México.

Es lamentable que a estas alturas sigamos reproduciendo esquemas que nos han llevado a ser una sociedad poco respetuosa de la ley, demandante pero poco participativa y dispuesta a dejar en manos de otros su destino, con tal de no molestarse en tomar decisiones y ejercer sus derechos. Quieren vivir ejerciendo derechos así sea a ultranza pero olvidando y evadiendo responsabilidades y obligaciones ¡Qué bonito país!

Es quiza por eso que cada vez más se escuchan las voces de organizaciones que dicen representar a la sociedad, cuando solamente representan a sus propios intereses o los de los grupos que los patrocinan y por tanto no son más que una farsa hacia la sociedad ya que representan intereses aviesos, de un grupo que los mueve con sus dineros. Y la sociedad de verdad sigue sin aparecer e interesarse.

Hoy son estos grupos los que le han expropiado a los ciudadanos sus derechos y sus verdaderas demandas, pero en ello va la penitencia de cada quien por no hacerse responsable de sí mismo y adquirir conocimiento cívico, legal y social. Ya es momento de un cambio de mentalidades y que la sociedad se exprese verdaderamente de manera directa o no mediatizada por sus supuestos representantes, sin olvidar que el tejido social es la suma de las individualidades

Pero participar implica responsabilidades, adoptar una verdadera actitud cívica y de ejercicio de derechos que están garantizados en la Constitución y en las leyes, mismas que también imponen obligaciones y responsabilidades. Sólo así podemos tener una clase política más eficiente, liderazgos sociales serios y no de pacotilla titiritera, empresarios que de suyo, en su origen rechacen la impunidad y la corrupción y así todos, mejor preparados y aptos para que se rindan cuentas con transparencia.

Quejarse no es la solución, sólo da paso a una mayor desconfianza e incredulidad en todo lo que se dice, se ve o lo que se haga. Ya hasta pena ajena da ver y escuchar (sea radio o televisión) a un sinfín de merolicos que al través del micrófono o la pantalla se erigen en una payasada y terminan provocándome risa.

Los tiempos electorales se han convertido en tiempos de canibalismo, de oportunismo y de democracia mediática, en donde la sociedad, particularmente los ciudadanos, se han convertido en simples observadores, y rehénes de los juegos de las cúpulas partidistas y de grupos de interés. Esto debe cambiar y el cambio debe partir de la sociedad que debe salir de su letargo y hacerse presente en toda la vida nacional.

Tal parece que la democracia en México ha perdido su sentido primario, que reconoce al ciudadano como su eje fundamental, para dar paso a una democracia de élites, de cúpulas, en donde el ciudadano sólo representa un “botín” que les permita obtener posiciones y, en última instancia poder. Todo ello con la complacencia de la sociedad.

Reitero que yo creo que nuestro problema no es la clase política, nuestro problema es más profundo y está en toda la sociedad. En todos aquellos que permitimos que se hable y se actúe en nuesto nombre, con nuestra total compalacencia. En aquellos que desde sus trincheras económicas aprovechan para lanzar acusaciones sin fundamento, para promover e imponer sus puntos de vista; en aquellos que dicen hablar en representación de la sociedad sin tener ningín aval ciudadano. Pero la principal responsabilidad está en todos los hombres y mujeres que conformamos la sociedad mexicana que no ejercemos nuestros derechos, que no expresamos nuestras demandas, que no cumplimos nuestras obligaciones, que no respetamos las leyes y que viven escudándose en los reclamos para no respetar la ley y para no asumir responsabilidades en el desarrollo del país.

Siempre me he preguntado por qué otras naciones han logrado construir sociedades responsables, respetuosas de la ley, comprometidas con su bienestar y es evidente que ha sido bajo mecanismos de orden y respeto bajo el imperio de la ley sin impunidad y, por tanto, negada la renta de la corrupción en cualquiera de sus manifestaciones, por otra parte, pensar en que hemos fallado pues parecemos muro de reclamos sin ver la viga en el ojo propio y convertirnos en un muro de lamentaciones sin accionar nada que venga a solucionar lo que de origen nosotros mismos creamos.

La gran falla es que irresponsablemente desde los muy diversos actores y acciones no estamos formando niñez que aprenda a vivir con orden, con respeto, tampoco la formamos para que sean el día de mañana ciudadanos de bien sujetos al ejercicio de sus derechos pero también al cumplimiento de las obligaciones.

A los niños los involucramos en los estímulos perversos en que estamos los jóvenes y los adultos y, así, ni con 80 años de formación llegarían a la adultez formados para enfrentar la vida responsable y positivamente.

Estoy convencido en que hemos fallado en no hacer del respeto, la ley y el orden nuestra principal ruta de desarrollo y que mientras prevalezca la impunidad y la ilegalidad, seguiremos promoviendo la irresponsabilidad social.

No quiero ser catastrofista pero ya tenemos muchos indicios que nos muestran lo que podremos enfrentar en el futuro próximo, ¿Hasta cuándo tomaremos la decisión?

¡Muchas gracias y sean felices!

cardenasfonseca@hotmail.com

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@m_cardenasf

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